Tensiones por culpa del espionaje

Desde 1947 existen tensiones diplomáticas entre la India y Pakistán. La partición del territorio indio tiñó la historia entre ambas naciones tras la Segunda Guerra Mundial. Ambos países se encuentran en un conflicto diplomático con una naciente guerra de espionaje. EuropaPress informa a través de su página de la amenaza de expulsión de dos diplomáticos indios del territorio pakistaní. Según varios medios nacionales del país, uno de los hombres trabaja para la agencia RAW. El otro al parecer espiaba para la Agencia de Inteligencia India. Como añade TeInteresa, la respuesta del país de nacimiento de los dos expulsados no se ha hecho esperar. India ha declarado persona non grata a un funcionario paquistaní por espionaje. El sujeto, funcionario de la embajada paquistaní en Nueva Delhi, posee inmunidad diplomática. Esta es citada por el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores como  razón por la que no ha sido expulsado.

Expulsiones por espionaje

Los noticiarios paquistaníes se llenaban de noticias relativas a la amenaza del gobierno de expulsar a dos diplomáticos indios. Ambos sujetos serían obligados a abandonar la capital, Islamabad por vinculaciones con redes de espionaje. Las autoridades paquistaníes creen que uno trabajaba para RAW, mientras que el otro espiaba para la Agencia de Inteligencia India. En un ambiente de crecientes tensiones, la noticia ha caído como un jarro de agua fría en el país vecino. Hace tan solo unos días, Pakistán anunciaba que expulsaría a todos los diplomáticos indos del país por tratarse de espías. En Nueva Delhi, el ministro de exteriores Vikas Swarup afirma que “aún deben recibir el informe oficial al respecto”. Los hechos no hacen más que agravar la situación por la que pasan Pakistán e India. Ambos países se achacan que el otro lleva a cabo labores de espionaje dentro de sus fronteras.

La respuesta india

Como era de esperar, India ha respondido a la amenaza. Lo ha hecho Swarup a través de Twitter. En su perfil

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informa de que el Secretario de Exteriores, Jaishankar, convocó al embajador pakistaní  Abdul Basit en Delhi. El motivo no era otro que hacerle partícipe de que un miembro de esa embajada había sido declarado persona non grata. La razón de este particular nombramiento son las supuestas vinculaciones de éste a una red de espionaje pakistaní. El sujeto en cuestión fue identificado como Mehmood Akhtar, aunque presentó una tarjeta de identidad falsa a los agentes. La detención del hombre se produjo simultáneamente a la de los ciudadanos indios Maulana Ramzan Khan y Subhash Jangir. Todos ellos fueron acusados de espionaje, pero solamente Akhtar fue liberado por poseer inmunidad diplomática. Se sospecha que es el cerebro de operaciones de reclutamiento en la India para el ISI, servicio de inteligencia pakistaní.

Causas de la tensión

La India y Pakistán han visto aumentadas las tensiones tras el ataque insurgente el pasado 18 de septiembre. El golpe se produjo en la base militar de Uri, en la región india de Cachemira. Los hechos se saldaron con la muerte de 19 soldados. El gobierno indio ha acusado directamente a Pakistán de ser un “estado terrorista”. Añade que Islamabad infiltra terroristas para generar inestabilidad y llevar a cabo ataques. Ambas naciones reclaman el territorio de Cachemira como suyo desde la partición de India en 1947. Aunque con mayoría de población musulmana, la región forma parte del territorio indio. El habitual fuego en la Línea de Control en las fronteras en dicho escenario se ha intensificado. Incluso se suceden manifestaciones desde verano tras la muerte de un comandante separatista el pasado mes de julio. Estas protestas ha provocado la muerte de 80 civiles y varios miles han resultado heridos.